Momentos de Terror
El 7 de octubre, a las 6:30 de la mañana, Libiby llamó desde la fiesta, alarmada por las constantes sirenas y la falta de bunkers. Le dijimos que subiera al auto con su amiga Adi y regresaran de inmediato a casa.
Después de mucho esfuerzo, lograron salir del área de la fiesta y llegar a la Ruta 232, donde un gran embotellamiento las detuvo. La policía había bloqueado el camino cerca de la entrada a Be’eri, mientras otros vehículos huían de la fiesta en Re’im. Estuvieron atrapadas en el tráfico hasta que terroristas atacaron los autos desde ambos lados de la carretera, disparando indiscriminadamente. Nadie sobrevivió a esa emboscada mortal.
A las 8:10, Libby llamó de nuevo. Contó que Adi, quien iba manejando, había recibido un disparo en la cabeza y yacía muerta a su lado. Ella también había sido herida en varias partes del cuerpo. “Estoy perdiendo mucha sangre, siento que voy a morir,” dijo.
A pesar de todo, se mantuvo serena, repitiendo cuánto nos amaba. “Mamá, te amo,” dijo. “Yariv, te amo. ¿Dónde están Tomer y Maya? Quiero decirles que los amo.” La llamada duró ocho minutos. Finalmente, Libby dijo: “Mamá, vienen de nuevo, me están disparando.” Se escucharon gritos en árabe, una ráfaga de disparos, y luego el silencio.
Su cuerpo fue identificado cuatro días después.
La Persona detrás de la Historia
Libby era un rayo de sol de alegría, bondad, risa, generosidad y ayuda al prójimo. La llamábamos “sol” porque iluminaba nuestras vidas.
Nada era demasiado grande para ella; no temía ningún desafío. Completó el curso de oficiales de infantería, sirvió como coordinadora de combate en el Comando Sur y estaba orgullosa de su servicio militar y su trabajo.
Desde primer grado, Libby montaba a caballo y llegó a ganar el Campeonato de Israel de salto ecuestre junto a Sebastián, su caballo. Amaba a los animales, la música, el baile y el mar, donde también destacaba jugando a las paletas.
Pero, más que todo, Libby era dueña de un excepcional sentido del humor, carisma y bondad. Sabía decir lo correcto en el momento indicado, era sensible a los demás y no escatimaba esfuerzos para tender una mano a quien lo necesitara.
Durante la Shivá, su hermana menor, Maya, contó que Libby quería tatuarse la palabra HAPPY con una carita sonriente. Eso era tan típico de Libby Decidimos de inmediato tatuárnoslo nosotros mismos y añadimos un sol con su nombre, escrito con su propia caligrafía.
Mi Mensaje
Libby era pura bondad y alegría, y es muy importante para mí que nunca la olviden.
Qué tan cruel es la muerte de una joven de 22 años que solo quería bailar, y cuya amiga yace muerta a su lado en los últimos minutos de su vida, sabiendo que está sola y que va a morir.
Nuestro Último Abrazo
Libby regresó de Sudamérica de sorpresa la noche de Rosh Hashaná. Le contó en secreto a Yariv, quien la buscó en el aeropuerto, y entró a casa para sorprendernos después de 7 meses sin vernos.
Cuánta felicidad pura hubo en ese abrazo. Creo que toda madre y todo padre, pueden entender ese abrazo lleno de felicidad.
 
								 
											 
											


