Sofía Kaplinsky de Guterman

fotógrafo: Maximiliano Vernazza
Madre de Andrea Judith Guterman Z"L
Asesinada a los 28 años 18 de Julio de 1994

La Búsqueda Interminable

El 18 de julio se convirtió en un día de terror absoluto, marcado por el espanto y la incomprensión. Comenzó una angustiante búsqueda que se extendería por siete eternos días hasta encontrar el cuerpo de Andrea.

El Último Día en Familia

El domingo previo al atentado compartimos un almuerzo familiar. Juntos miramos la final del Mundial de Fútbol por televisión. Entre conversaciones, Andrea nos contó sus planes para el día siguiente: iría a la Bolsa de Trabajo de AMIA para inscribirse como maestra jardinera. También planeaba comprar algunos regalos para sus amigas, anticipándose al día del Amigo.

El Alma de Andrea

Andrea era un espíritu sensible y profundamente humano. Su pasión era trabajar con niños y llevar alegría a los cumpleaños infantiles. Amaba la naturaleza y encontraba paz en la tranquilidad de los pueblos del interior. Las reuniones familiares eran su refugio. Se nutría de la bondad de las personas, la complicidad con sus amigas y el amor diario de sus pequeños alumnos del Jardín. Rechazaba la hipocresía, las injusticias, las mentiras y la indiferencia ante el dolor ajeno.

Sus Pasiones y Sueños

Su creatividad fluía a través de la escritura de cuentos y canciones infantiles. La música era parte de su ser, improvisando melodías con su flauta dulce. El jazz la transportaba, y sus manos cobraban vida moldeando figuras de masilla. Su sueño más preciado era construir una vida en el interior del país, donde imaginaba tener su propio Jardín de Infantes, formar una familia y ser madre.

Una Vida Plena

Su vida transcurrió con la naturalidad propia de cada etapa. Era una joven feliz, cariñosa y una hija siempre presente en nuestras vidas.

Su Legado de Compasión

Lo que más definía a Andrea era su preocupación por quienes ella llamaba “los dos extremos de la vida”: los niños y los ancianos. Esta convicción la llevó más de una vez a defender activamente a los más vulnerables.

La Lucha contra el Olvido

En estos tiempos de impunidad, recordar se vuelve un acto de resistencia. La memoria se niega a olvidar los horrores del pasado. Los familiares de las 85 víctimas del atentado a la AMIA recordamos cada día. Junto a quienes defienden el derecho a la vida, repudian la violencia y el odio, y rechazan el terrorismo en todas sus formas, mantenemos vivo el recuerdo. Unidos en solidaridad, defendiendo la vida y la paz, los rostros de nuestros 85 seres queridos asesinados el 18 de julio de 1994 nos ayudan a vencer al olvido y la impunidad.

 

El Último Abrazo

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