Momentos de Terror
Bar salió con sus amigos en mi auto hacia la fiesta. A las 6:30 de la mañana me llamó para decirme que había sirenas. En ese momento también tuvimos alertas de Código Rojo en nuestra zona, pero aún pensábamos que era “solo” eso. Le pedimos que se quedaran donde estaban y trataran de mantenerse a salvo.
Ella y sus amigos lograron avanzar en el auto hasta las cercanías de Be’eri, donde se encontraron con un control policial. Allí les dijeron que dieran la vuelta, ya que había sospechas de un incidente grave en la zona.
En el camino de regreso, se cruzaron con una camioneta desde la cual les dispararon a ellos y a otros autos. Durante el ataque, el auto en el que viajaban cayó en una zanja y quedó completamente destrozado. A pesar de estar herida y desangrándose, Bar logró encontrar otro auto abandonado. Les gritó a sus amigos que subieran y, con la poca fuerza que le quedaba, manejó hasta que perdió el conocimiento. El auto se detuvo cerca del lugar de la fiesta, y sus amigos empezaron a gritar pidiendo ayuda.
Dos hombres sacaron a Bar del auto y trataron de ayudarla, pero ya había perdido demasiada sangre. Murió ahí mismo, sin que nadie pudiera hacer más por ella.
Desde el sábado hasta el martes no supimos nada de ella. La buscamos en todos los hospitales, aferrándonos a la esperanza de encontrarla viva. Pero el martes a las 6:30 de la mañana, dos oficiales de policía y dos trabajadoras sociales llegaron a nuestra casa. Vinieron a darnos la noticia que nunca imaginamos recibir: Bar había sido asesinada.
La Persona detrás de la Historia
Bar es nuestra hija menor, mi bebé… Talentosa en todo lo que hacía, con un corazón enorme, siempre divertida y llena de alegría. Amaba la música, el baile, el maquillaje, la ropa y los tatuajes (tenía varios que la representaban).
A los 6 años fue diagnosticada como superdotada, y a los 7 comenzó a estudiar derecho y matemáticas. Sin embargo, a los 9 nos pidió dejar esos estudios porque no quería perder su infancia, algo que respetamos profundamente. En la escuela se destacó de manera excepcional, acumulando innumerables diplomas de excelencia.
En el ejército, Bar demostró nuevamente su compromiso y dedicación. Junto con su comandante, creó una nueva unidad de seguridad de información y tuvo un papel clave en su desarrollo. Además, se encargó de traducir documentos confidenciales y discursos de su comandante en el extranjero, lo que le valió una medalla otorgada por el Jefe del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos.
Tras su servicio militar, Bar trabajó arduamente para ahorrar dinero y cumplir su sueño de realizar un gran viaje por Sudamérica. Fue durante ese viaje donde conoció a los amigos con los que asistió a la fiesta.
Bar tenía un don especial para conectar con las personas. Contaba con cientos de amigos y, aun así, siempre encontraba tiempo para estar con todos. Como familia, éramos muy unidos y disfrutábamos mucho el tiempo que pasábamos juntos. Viajamos con Bar tanto por Israel como por otros países, compartiendo música, paseos y momentos inolvidables en familia.
Mi Mensaje
Creo firmemente en permitir que los niños sigan sus sueños y se realicen de todas las formas posibles.
Nuestro Último Abrazo
Mi último abrazo a Bar fue el 6 de octubre, después de la cena de Simjat Torá, justo antes de que se fuera a arreglar para la fiesta.
