La rama quebrada
Yo, Sara Epsztein de Korin, soy una más de las mamás que portarán para siempre El último abrazo.
Abraham Gabriel, fuiste nuestro primer hijo. Te llamábamos cariñosamente Abi. En la madrugada del fatídico 7/10/2023, un vendaval infrahumano quebró tu rama de 56 años de nuestro árbol familiar.
Siempre que te llamábamos y te preguntábamos: ¿Abi qué pasó?, respondías: “Por aquí todo tranquilo, cayeron algunos misiles más al norte del kibutz”.
Ese fatídico día
El sábado 7 de octubre, un profundo y lacerante silencio seguía siendo la respuesta. Papá y yo tuvimos un triste presagio y una expectante angustia nos invadió el alma. A las 3 de la tarde sonó el timbre. Nunca olvidaré ese instante cuando abrí la puerta y tus hermanos Dany y Jaguit nos confirmaron la peor de las noticias. Las leyes de la naturaleza desviaron su eje y en décimas de segundos nos transformamos en Horim Shkulim “padres huérfanos de un hijo” y a partir de ese día tendremos que decir Kadish por tu santa memoria.
Nunca más ¡remos a esperarte a Ezeiza, ni nos esperarás en el aeropuerto Ben Gurion.
Nuestro último abrazo fue el 5 de agosto de 2018.
La esencia de Abi
Abi, con esa sonrisa tan tuya, nos coronaste la primera vez con las palabras “papá” y “mamá”. Y fuimos tan felices los tres.
Fuiste un ser auténtico, transparente, buena persona, convencido de que la paz es posible, un Mench (un ser con don de gente) en toda la dimensión de la palabra, amabas la naturaleza, no eras capaz de quitarle la vida ni a un insecto, fuiste un artista anónimo dejando tus fotografías como testimonio de tu infinita sensibilidad y amor a la naturaleza.
Sus ideales
Fuiste un idealista con mayúscula y soñabas con un mundo mejor, fuiste educado con valores judíos, humanistas y te transmitimos el amor por la tierra de Israel.
A los 20 años hiciste Aliá. Te asignaron un kibutz ya establecido cerca de Jerusalén y te negaste: “Prefiero ser de los primeros, los fundadores”, y elegiste tu nuevo lugar en el mundo en el Kibutz Jolit, a solo dos kilómetros de la Franja de Gaza.
Siempre te escuchábamos decir, preguntar y comentar con enojo:
“¿Acaso el sur no es parte integral del Estado de Israel? ¿Por qué sus gobernantes nos abandonan, y solo nos recuerdan cuando los misiles caen cerca de Tel Aviv?”
Y esta es la respuesta que te dieron.
La eternidad de su legado
Abi querido, como responsable de la seguridad en el kibutz, no es cierto que te asesinaron, sabemos que luchaste como un león hasta tus últimas fuerzas y resististe como un héroe hasta el minuto final.
Tus tres hijos, Ido, Yahel y Ela, alistados en el ejército, lloraron sin consuelo frente a tu sepultura. Ellos llevarán toda su vida tu nombre con orgullo, como símbolo del héroe que luchó en defensa de su pueblo. Hijo querido, descansa en paz, tu alma seguirá entrelazada con la vida y tu cálida sonrisa nos acompañará siempre e iluminará el camino de tus hijos.
Ellos relatarán a tus nietos acerca del Saba Abi, el abuelo Abi, un héroe más entre miles, que cayó en las arenas del Neguev.
 
								 
											 
											


